viernes, 26 de marzo de 2010

Viaje a París (día 2).

Nuestro segundo día en la "ciudad de la luz" comenzaba muy temprano pero con aún más agujetas y es que la primera jornada pasaba factura.
Tras un suculento desayuno (zumo, café y croasants) nos encaminamos hacia nuestro primer objetivo, la plaza de la Concordia, allí nos esperaba una enorme estátua de Charles de Gaulle que nos abría paso hacia el puente de Alexander III pasando entre el Petit Palace y el Grand Palace.
El puente de alexander III se merece una mención especial en esta entrada ya que es (para mí) el puente más bonito y lujoso en cuanto a ornamenta y arquitectura se refiere y por su ubicación, ya que desde él puede observar los anteriormente mencionado y además, la Torre Eiffel, Los Inválidos y el discurrir de las aguas del Sena.


Seguidamente nos dirigimos hacia los Inválidos donde estuvimos nada más y nada menos que cerca de 3 horas disfrutando de la majestuosa Iglesia del Domo donde yace la tumba de Napoleón I, la Catedral de San Luis donde ondean (en su interior) todos los estandartes de los ejércitos vencidos por las tropas francesas, y los inmensos Departamentos de las dos Guerras Mundiales, el Departamento de las Armaduras y Armas antiguas y el Departamento Moderno, despúes de recorrer todas esas salas llenas de arte y reliquias os recomiendo una cosa: "tened cuidado cuando estéis en un sitio tal que este, lleno de turistas susurrando al acompañante lo magnífico de lo expuesto ya que podeis comenter la equivocación de que mientras agarrais levemente el brazo de vuestra pareja y le susurrais lo que acabais de descubrir vais percibiendo que algo no cuadra y ante vuestro asombro os dais cuenta de que no es vuestra pareja sino otro turista despistado con cara de póker.......os aseguro que por un instante desearíais que os tragase la tierra, mientras vuestro acompañante se desternilla al otro lado de la sala".

Tras esta completa visita, dimos un paseo hasta llegar a la plaza de la Concordia (pasando por la Asamblea nacional), donde pudimos observar el precioso y enorme Obelisco de Luxor que da comienzo a los Jardines de Tullerías y continuamos nuestro camino hacia la Iglesia de Madelaine con sus enormes columnas que se asemejan a las de los templos griegos.

Habíamos oido que cerca de allí se escondía una pequeña pero hermonsa capilla, la Capilla Expiatoria, y en su busqueda nos pusimos; tras preguntar en un par de ocasiones a gente de la zona que amablemente nos indicó (en inglés eso sí, ya que mi francés es pésimo) dimos con ella, efectivamente era pequeña pero muy bonita, el pero fue que al igual que una gran parte de los monumentos parisinos estaba de reforma así que no pudimos acceder a su interior pero pudimos tomar alguna que otra foto de sus vistas exteriores.


Después de recuperar energía con algo de comida, nos dirigimos hacia la Ópera Garnier por la Av. Haussman, pasando por las Galerías Lafayette. De la ópera ya os contaré como es en el 5º día, ya que hoy sólo la contemplamos por fuera y nos detuvimos un instante para ver el fantástico espectáculo acrobático y musical que de desarrollaba a sus pies.




Siguiendo hacia la plaza Vendome con su enorme (como no) columna con la estátua de Napoleón I, llegamos por fín y nuevamente al Jardín de Tullerías. Paseamos por sus polvorientas calles (que todo hay que decirlo) hasta llegar al Arco de Triunfo de Carrusel donde nos detuvimos a contemplar las preciosas vistas del jardín y del Louvre.

Al llegar al Museo del Louvre, la cola de acceso al museo era interminable así que nos acomodamos en unos asientos laterales mirando hacia las pirámides de cristal que allí se encuentran y descansamos las piernas un buen rato mientras observábamos el vaivén de personas que no cesaba. Una vez recuperados nos despedimos del Louvre con la promesa de volver algún día y saliendo del recinto por una puerta lateral dimos de bruces con una hermosísima capilla la cual desconozco su nombre, pero fue otro regalo que nos ofreció la ciudad.


Esta vez, tomamos dirección Norte y pasando por el Palacio Royal, llegamos hasta Bourse donde descubrimos un coqueto mercado de abasto muy peculiar y al perecer típico en la cuidad, desde donde cogimos el metro para dirigirnos al encuentro con unos amigos (Maribel y Andrea) con los cuales habíamos quedado para cenar. Nos llevaron a un resturante llamado "Au Rendez-Vous de la Marine" (que regenta un barcelonés muy simpático llamado Raymond Ortiz)que estaba en 14, quai de la liore (en metro es la parada de Jaurés), allí pudimos degustar muy buena comida a muy buen precio; por cierto, a nosotros nos invitaron a cenar nuestros amigos, así que... ¡Merci beaucoup!.


Al finalizar la velada, nos dirigimos nuevamente en metro (que es la mejor forma para moverse por la cuidad) a nuestro hotel, donde pusimos punto y final a la segunda jornada.

Próximamente seguiré contandoos nuestra aventura parisina, espero que os vaya gustando.

Un saludo.

2 comentarios:

  1. wenas primiko
    aki toy otra vez
    mu chulisss esas fotikos
    jeje
    aver cuando visitais almansa
    q no lo conoceis
    jejejeje
    un besiko primiko
    kuidaros

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  2. Muchas gracias por tu comentario y por tu invitación pero te aconsejo que pra la próxima leas un poco más mi blog a ver si encuentras algo interesante como por ejemplo la entrada titulada "Viaje a Almansa y Abarán" jejejje.
    Un saludo.

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