Pudimos gozar de una sesión de naturaleza y tranquilidad propia de cualquier amante del deporte y la naturaleza ya que la ruta comenzó en el refugio y avanzamos en dirección al mirador de Juanar, al llegar al cruce del mirador con la ruta hacia la Concha nos adentramos en un precioso bosque de pinos llenos de encanto y armonia.
Conforme fuimos avanzando, la superficie se hacia mas inclinada y rocosa, hasta que salimos de la protección del bosque y empezamos a ascender por la falda de la montaña, que se presentaba imponente hacia nosotros.
El trayecto ascendente fue muy ameno, ya que el camino serpenteante y fronoso hacia que el aburrimiento y la monotonia no tuviera lugar en dicha empresa.
Al llegar a la cima el panorama era indescriptible; aire puro, vistas inmejorables ya que se podia observar hasta lo que te permitiera tu propia vista y la bruma que ese dia se había instalado en la costa del sol.
La bajada la realizamos a traves de la cara Sur de la montaña, una zona zigzageante y escarpada, propia de un "camino de cabras", con bastantes piedras sueltas y arena que hacia un poco mas delicado si cabe el trayecto. La realizamos sin ningun susto, por suerte, dadas las circunstancias.
Al llegar a las faldas de la montaña nos ibamos adentrando nuevamente en la zona frondosa de la montaña hasta llegar al pinar donde hicimos un alto en el camino para tomar alimentos.
El resto de la ruta hasta donde estaban estacionados los vehiculos fue un mero paseo.
Hay que mencionar la compañía y el apoyo de todos y cada uno de los participantes al "Osado encumbramiento", que fueron: Najib, Soraya, Ana, Leandro, Alicia, Raquel y Adrian.
Espero poder seguir contando nuevas aventuras.
Un saludo.
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